martes, 20 de mayo de 2014

Cuando quise ser Ícaro


Este soneto ya lo había publicado anteriormente, en este blog, con el título: Discurso de Ícaro. Debido a mi inexperiencia y falta de conocimientos, algunas imperfecciones lastraban la calidad del mismo, estas últimas han sido corregidas gracias a la ayuda y la enseñanza recibida en el Foro Madre de la Comunidad Ultraversal. Agradecido quedo a los consejos,  las indicaciones y el apoyo de mis compañeros: Vicente Vives, Amarante M. Matius, Ricardo Fernández, Eva Lucía, Arantza Gonzalo Mondragón, Mercedes Carrión, Rosario Vecino y Gavrí Akhenazi.




 
Viñeta: O. Moré / CUBA



Con las alas de Ícaro, encendido,
me elevaba  veloz, y en mi proeza
no pude ver del mar su azul tristeza
porque el sol me cegó con su latido.

Bajo su piel de sal quedé abatido,
apagado, incoloro, sin nobleza,
pálido pez herido en la rareza,
atrapado en la red, arrepentido.

De nuevo mi memoria quedó presa
en la tierra remota. Y la riqueza
que en sus fuentes bebí no ha fenecido.

Mis alas  se perdieron, y me pesa
no encontrar la razón ni la destreza
que ayuden a empezar desde el olvido.

O. Moré.


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