miércoles, 11 de noviembre de 2009

Yo, el poeta.

Foto: Silvia Gómez



Experto en todo y en nada,
principio y fin, Alfa y Omega,
turbio trigal que se siega
al filo de la alborada.
Sospechoso sin cuartada
y detective sagaz.
Sombra y bruma, luz de gas,
luthiers de arpa y violines,
delfín entre los delfines,
negro esclavo y capataz.

Lucero, estrella fugaz,
inconcluso y terminado;
vivo y muerto y enterrado;
un comentario falaz.
Un demiurgo, el incapaz
de sentarse en el altar.
Soldado sin batallar
en la guerra de su vida.
Así soy yo, una herida
imposible de curar.

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